Desde hace unas semanas, en el Perú y algunas otras partes del mundo han ocurrido diversos incendios forestales. Rodolfo Rodríguez, investigador de la Universidad de Piura, explica las causas y algunos impactos de estos eventos en la naturaleza y en la población.
Por Betsy Salazar Guerrero. 04 octubre, 2021.El 7 de agosto se registró un incendio forestal de gran magnitud en los distritos de Andahuaylillas y Lucre, pertenecientes a la provincia cusqueña de Quillabamba, que tuvo como resultado 2000 hectáreas de vegetación perdidas, la mayor afectación en lo que va del año por este tipo de eventos en nuestro país. Según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), hasta julio del 2021, el Perú registró 245 alertas de incendios forestales.
Los incendios forestales, dice el doctor Rodolfo Rodríguez, ingeniero y director de la Estación Científica “Ramón Mugica” de la UDEP, ocurren cuando una extensión de hierbas, arbustos y árboles se secan, sirviendo de combustible. El inicio de la combustión de la vegetación seca puede producirse por causas naturales y artificiales. Entre las primeras, se identifican las altas temperaturas asociadas a días muy soleados con fuertes vientos, que ayudados por el efecto lupa de vidrios o botellas, dejadas por personas, pueden iniciar un incendio. Asimismo, señala, la caída de un rayo puede iniciar un incendio forestal.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), otra causa es la quema de residuos agrícolas y pastos naturales, como parte de una práctica agrícola en la que se incinera la parcela para lograr una regeneración del terreno.
En el Perú, los departamentos más propensos a sufrir este tipo de incendios son aquellos que tienen mayor área de bosques; es decir, los que están ubicados en la selva o selva alta como: Cusco, Apurímac, Ayacucho y Madre de Dios. En el caso de Piura, los distritos con más riesgo de sufrir este tipo de incendios son Ayabaca, Huancabamba y Morropón, sobre todo, en el periodo post El Niño ya que es cuando se tiene mayor masa vegetal seca generada en el tiempo de lluvia.
Consecuencias
La duración de un incendio forestal depende de la cantidad de biomasa de las especies vegetales y de la extensión del área cubierta por estas. Contrariamente a lo que se piensa, explica Rodríguez Arisméndiz, los suelos se hacen más fértiles después de una quema de pastizales; sin embargo, afectan la rápida regeneración de especies arbóreas. Además, traen consigo la muerte de muchos animales silvestres, especialmente, pequeños roedores.
Las consecuencias ambientales de estos incendios son diversas, desde la contaminación del aire hasta la afectación de la flora y fauna. La biodiversidad en el escenario del incendio, refiere el especialista, se ve directamente afectada por la quema de pastizales que sirven de alimento y son refugio para diversas especies silvestres y la ganadería, lo que contribuye a la desertificación. “Muchas de estas especies se queman o huyen del este escenario, quedando como un área completamente eriaza”.
Asimismo, hay un aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera con la contribución de gases de efecto invernadero. También, hay una mayor contaminación de los ríos, lagos y lagunas; se incrementa el riesgo de erosión y pérdida de terreno, sobre todo de uso agrícola.
La población también es impactada por los efectos directos de estos incendios ya que el humo generado puede desencadenar ataques de asma, dolores de cabeza y otros daños, de diversa magnitud, a las vías respiratorias. Del mismo modo, afecta los ojos, provocando irritación de la conjuntiva y del globo ocular, lo que dificulta la visión y, en casos severos, puede causar ceguera.
Después de un incendio, dice Rodríguez, se debe reforestar con especies nativas para recuperar estos espacios afectados; por ello, es importante que existan programas de reforestación en todas las regiones y que se cuente con viveros forestales de especies nativas.
Por otro lado, sostiene que el cambio climático ha intensificado estos eventos ya que ahora existen condiciones más extremas, tanto de niveles altos de temperatura como de sequía. “Estas condiciones favorecen la aparición de incendios, incluso en lugares donde antes no se habían dado”.
La práctica humana
Los incendios forestales son parte del ciclo que siguen los ecosistemas vegetales para su regeneración más adelante; pero, es importante indicar que el 98% de incendios forestales son causados por la práctica humana, especialmente, por los agricultores, anota el especialista.
Por ello, señala que se debe concientizar a estas personas con un programa de formación en las nuevas prácticas de agricultura como la agroforestería sostenible, en el que intervengan distintas instituciones del Estado para poder realizar un trabajo articulado con investigadores y profesionales del rubro.
El estudio de los incendios forestales debe ser transversal e involucrar a ingenieros forestales, biólogos, agrónomos, ambientales, brigadistas, etc., para que, con un trabajo coordinado y complementario, encuentren las mejores prácticas en el manejo de estos incidentes, la recuperación de los suelos y la preservación de la flora y la fauna, afirma el doctor Rodríguez.
Asimismo, el Gobierno, a través del Ministerio del Ambiente (Minam), está realizando un análisis del monitoreo predictivo que permite saber qué espacios del territorio nacional tienen una alta probabilidad de que se desarrolle un incendio forestal; todo esto en base a condiciones físicas, biológicas y climáticas de las regiones.